Bonsái roble
Convertir un roble en un bonsái es una tarea interesante, pero que requiere de mucha paciencia; aunque la labor valdrá la pena; ya que es una especie muy frondosa y robusta, que expresa mucha fortaleza y magnificencia.
De nombre científico Quercus robur, el roble pertenece a un género bastante amplio de especies que pueden hallarse a lo largo de todo el hemisferio norte, y hasta en el trópico.
Este género, hasta la actualidad no ha conseguido la reputación de ser un buen candidato para la creación de un bonsái, y al parecer se usa muy poco, inclusive en el mismo Japón. Entre las especies que existen, se encuentran las de hoja caduca, con hojas bastante grandes, pasando por unas pocas de hojas perennes, y hasta siendo algunas, variedades mixtas.
Características del roble
Los árboles maduros tienen una corteza color gris oscuro y bien agrietada. Es un árbol de hojas caducas y pecíolos cortos, que tienden a crecer agrupadas o en ramilletes al final de las ramitas, en lugar de hacerlo de forma extendida alrededor de los vástagos; lo cual, es lo que tiende a dificultar su transformación en bonsái.
Tampoco se les prefiere mucho debido a que suelen atraer muchos insectos y además son atacados por toda una gama de enfermedades ocasionadas por hongos (enfermedades fúngicas).
Roble para bonsái, estilo y presentación
Los robles crecen hasta ser grandes árboles de impresionante tamaño; y es precisamente ésta, la característica que debe ser reproducida en el bonsái del mismo; ya sea de hoja perenne o caduca. Si decides emprender en la creación de un bonsái de roble, debes preferir los estilos verticales y la apariencia final tiene que resultar ligeramente informal.
El follaje debe ser pequeño, compacto, y lo más importante, perfectamente sano y limpio, si se va a llevar a una exposición. Las hojas no deben haber sido podadas, reducidas de tamaño o arregladas, con tijeras, con la intención de que se vean iguales. Las macetas son por lo general vidriadas, y en colores de terracota, ligero, pero rústicos. Las macetas deben ser un poco más profundas de lo normal, por la propia salud del árbol.
Especies y variedades
Si hablamos de variedades y especies, el roble cuenta con un número considerable; muchos de los cuales no son convenientes en lo absoluto para el cultivo de bonsáis, debido al tamaño de las hojas y de la lentitud en sus renuevos.
El roble inglés o roble trufa, Quercus robur, y el roble sesil o ‘Durmast’, Quercus petraea, son los más vistos y reconocidos, así como también el roble pavo o ‘Turkey’, Q. cerris. Los japoneses utilizan la variedad de roble Daimyo, Q. dentata, que tiene hojas de longitudes mayores a los 30 cm.
Cómo hacer un bonsái roble
- Comienza tu bonsái de roble en primavera, y elige una bandeja baja que sea ligeramente más ancha que el ancho del dosel.
- Coloca el contenedor de lado y retira cuidadosamente el árbol.
- Partir con la base del roble y utilizar las tijeras de podar para eliminar las ramas pequeñas para definir el tronco del árbol.
- Recorta las raíces del bonsái de acuerdo con el tamaño interno del contenedor. Las raíces deben cortarse según la profundidad del roble y según la corona del árbol.
- Coloca una capa de tierra para macetas en el fondo del contenedor y coloca las raíces del roble encima.
- Coloca la caja de modo que quede recta o inclinada.
- Extiende el suelo sobre las raíces y presiónalo suavemente.
- Coloca el roble enamacetado en un balde de agua y déjalo en remojo durante 10 minutos.
- Retíralo y colócalo en un recipiente con agua.
- Rellena con piedras y coloca el contenedor de bonsái en la parte superior.
- Llena el recipiente con agua.
- Verifica el nivel de agua cada dos días.
- Aplica gránulos de fertilizantes de acción lenta a la superficie del suelo.
- Asegúrate de que el bonsái reciba suficiente luz. Cuando el árbol esté fuera, colócalo en un lugar que reciba mucha luz solar.
- Cuando el bonsái crece dentro, colócalo en la base de una ventana hacia el este, oeste o sur, y déjalo expuesto durante al menos 16 horas al día.
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Cómo cuidar un bonsái roble
Entre los cuidados más relevantes, está, que debido a su tendencia de atraer toda clase de enfermedades fúngicas, el roble requiere en este sentido, muchos cuidados. Además también se debe considerar que no evoluciona bien ante las técnicas de poda para reducir el tamaño de las hojas. Inclusive, la defoliación completa, en ocasiones, causa hojas más grandes.
En este sentido, el evitar cambiar la maceta del árbol puede ayudar un poco; así como también el quitar todos los brotes el extremos que se van desarrollando justo antes de retoñar.
El roble es una especie que requiere de suficiente luz solar; y mejor si se le expone de forma directa. Tolera bien bajas temperaturas.
Sustrato
El sustrato ideal para los robles es una mezcla de arena, turba y akadama, en partes iguales; o también le presta muy bien 30% de arena, 10% de turba y 60% de mantillo.
Riegos
El bonsái roble de abundante riego, pero sin excesos; por lo que se debe procurar que posea un buen drenaje.
Abonado
Se recomienda que sea mensual, durante toda la primavera; inicios y fines de verano; y a fines del otoño. Se debe suspender el abonado luego de la brotación y cuando haya mucho calor.
Cómo podar un bonsái roble
Debes realizar la poda al final de invierno y en el trasplante. Y el pinzado, durante primavera a otoño, en el período anual de mayor crecimiento de la planta.
Cómo trasplantar un bonsái roble
Es recomendable hacer el trasplante del bonsái roble en los inicios de su crecimiento, cada dos años, y luego cada tres o cuatro; siempre durante la primavera, aprovechando el trasplante para podar las raíces de forma progresiva, proporcionalmente al desarrollo del bonsái.
Por lo rígido de su madera y su forma particular, es recomendable usar solo poda de modelamiento.
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